Vencer La Timidez

La exposición de la personalidad y el cuerpo suele generar vergüenza en algunas personas. Pero ocultarse o fingir no es la solución

Sole me cuenta que su timidez le provoca siempre rupturas amorosas. No puede entregarse cuando conoce a alguien, siente vergüenza si tiene cualquier contacto físico y evita, por medio de la huida, entablar una relación.

Por su parte, Raúl relata que siente vergüenza cuando sale con sus amigos a divertirse, y el grupo se acerca a hablar con chicas. Su timidez lo mantiene distante y es víctima de la burla de ellos, que piensan que es raro: pero su único problema es la dificultad que tiene para iniciar cualquier tipo de cortejo. En el fondo teme ser rechazado, entonces prefiere no exponerse. Le encantan las mujeres, pero no sabe cómo encararlas.

La timidez es uno de los problemas más comunes, y sobre todo se experimenta durante la adolescencia, aunque es común en la adultez con personas que sufrieron de muchas inhibiciones. Algunas son tímidas en ciertas situaciones, pero cuando ésta se expresa exageradamente es síntoma de una inseguridad alta que lleva a una baja autoestima. Sobre todo, prima la sensación de falta de cariño y apoyo del entorno: creen que nunca serán elegidos ni deseados.

El negativismo es propio de este tipo de característica, y es bastante común en ellos fingir algo que no se es: muchos fabulan historias en las que han sido ganadores para conformar al resto. Esto resulta de la imagen que quieren "vender" a los demás, porque en el fuero íntimo saben que no han podido actuar como ellos cuentan.

Hay diversos lugares que brindan técnicas para ayudar a personas tímidas a expresarse. El trabajo empieza por cambios en el lenguaje corporal, que inmediatamente funcionan como estímulos para generar respuestas diferentes en los otros. Y estas respuestas ayudan a aumentar la autoestima cuando el sujeto se siente aceptado.

La timidez se extiende también en el área sexual. Los relatos de algunas chicas manifiestan su sensación de estar en desventaja en cuanto a modelos de seducción que aparecen ya sea en los medios como en diversos lugares de distracción, que muestran no sólo el erotismo en cuanto a la vestimenta sino también a su conducta y a la forma en que utilizan el lenguaje. Las víctimas de la timidez se sienten descalificadas antes de iniciar un encuentro, se autoconvencen de que no van a dar una buena impresión y se paralizan frente a una situación nueva. Y las conductas de personas más extrovertidas le producen una sensación de mayor angustia.

Una paciente me relató el pudor que le genera desvestirse frente a su pareja, por lo que intima con la luz apagada y generalmente con la ropa puesta. Esta actitud denuncia su vergüenza frente a la exposición de un cuerpo que no la conforma: reconoce que no tiene buen busto y que sus nalgas se cayeron, siente displacer al mirar sus piernas porque no están ejercitadas, y piensa que puede disimular sus imperfecciones tapándolas.

Por su parte, un paciente me narró que siempre tuvo complejos con su dentadura. Las parejas que ha tenido siempre le criticaron su aspecto y la coloración de sus dientes. Y esto lo ha invalidado a besar, ya que siempre intenta cerrar los labios para que no se visualice la misma, por lo cual también recibe críticas (le dicen que “besa mal”). Últimamente, intenta evitar los besos, lo que dificulta el juego preliminar del sexo. Hasta nota que su sonrisa, en apariencia, es simulada, porque cuida en detalle no exponer su dentadura: cuando es observado, lo primero en lo que piensa es que están atentos a sus dientes.

Es común sentir que, frente a un complejo en una zona del cuerpo, el entorno sólo va a ver ese aspecto criticado por uno mismo. El problema es no poder fijar la atención en todo aquello que tenemos y que nos agrada. Ante esta situación uno queda disociado y olvida el todo. Nuestra imagen es producto de lo que nos devuelven los otros a modo de espejo, y la mayoría de estos conflictos se relacionan con la formación del yo y la fortaleza que hace al desarrollo de la autoestima. De ahí que muchos obesos que son seguros de sí mismo poco se fijan en lo que piensan los otros: la frase “soy un gordo feliz” se basa en que su imagen les resulta satisfactoria aunque en relación a la salud no los beneficie en absoluto. Muchos “gorditos” se exhiben sin ningún tipo de complejo, y se sienten bien sin importar lo que generan en el mundo externo.

A mis pacientes trato de darles seguridad. Las mujeres que se sienten sumamente observadas por sus parejas durante el sexo deben entender que el varón no está atento a sus imperfecciones durante la etapa de excitación. Olviden la celulitis y la angustia que ésta provoca: lo que distancia al varón es la inhibición de su pareja durante el acto sexual.

Muchas mujeres pasan absolutamente por alto el abdomen prominente de su pareja, al punto que relatan que lo que realmente las excita durante la relación sexual, lejos de la imagen, es la modalidad, afecto y tacto para sumergirlas en una relación íntima.

Fuente: infobae.com por Sandra Lustgarten

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